El beige y el blanco no va más: los nuevos colores que se imponen en las paredes

El abandono de la hegemonía del blanco y el beige responde a una necesidad moderna de crear interiores que no solo sean funcionales
El beige y el blanco no va más: los nuevos colores que se imponen en las paredes
Color Foto: Canva
lunes, 10 de noviembre de 2025

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Durante años, el binomio de blanco y beige dominó el diseño de interiores, prometiendo seguridad, amplitud y una neutralidad atemporal. Sin embargo, en el cambiante mundo de la decoración, la búsqueda de espacios con mayor personalidad y profundidad emocional ha impulsado una renovación en los colores en las paredes.

Las tendencias actuales sugieren dejar atrás la palidez absoluta para abrazar colores que, si bien son sutiles, tienen un impacto psicológico y estético mucho más significativo. Esta evolución ha marcado el ascenso de colores más sofisticados, entre los que destaca una tonalidad inesperada que ofrece calma y coherencia visual: el azul grisáceo.

Los colores para la decoración

El color que está redefiniendo los espacios contemporáneos es, según las expertas en diseño, el azul grisáceo o, en sus variantes más profundas, el azul petróleo claro. La razón de su éxito radica en su excepcional capacidad para modificar la percepción del entorno. Esta mezcla de azul sereno con el neutro del gris aporta lo que se denomina "silencio visual", generando una sensación de orden y paz muy agradable para quien habita el espacio. Se trata de un color que, sin ser vibrante, dota a la habitación de una presencia distinguida y sumamente elegante.

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Las interioristas aconsejan que este nuevo color se incorpore en lugares específicos de la casa para maximizar su efecto calmante y organizador. El azul grisáceo funciona excepcionalmente bien en estancias dedicadas al descanso o la introspección, como son los dormitorios, baños o rincones de lectura. En estos espacios, la simple aplicación en una pared de acento es suficiente para organizar visualmente el conjunto y "rebajar el ruido cromático" general de la habitación. Esta dosis controlada permite introducir el color sin abrumar, creando un punto focal que atrae la mirada.

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El uso del color azul grisáceo no tiene por qué limitarse a las paredes; su poder estético permite su integración en piezas clave de mobiliario. Las expertas recomiendan aplicarlo en muebles de gran formato, como una librería o un aparador, donde el color actúa como un "ancla sin recargar" el diseño. Para potenciar su sofisticación y conseguir el deseado efecto de silencio visual, es fundamental decantarse siempre por un acabado mate. La textura mate absorbe mejor la luz, intensificando la profundidad y la calma que el azul grisáceo es capaz de ofrecer.

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