Deshecha las cortinas de tu casa: la nueva corriente japonesa para aislar el frío en las ventanas
La búsqueda de soluciones eficientes y estéticas para el aislamiento térmico en el hogar ha llevado a la revalorización de técnicas ancestrales, siendo Japón una fuente inagotable de inspiración. Una nueva corriente promueve dejar de lado las pesadas cortinas occidentales para las ventanas y utilizar otro elemento de decoración nipona.
Se trata de una cortina de tela rectangular que actúa como un divisor de espacio, caracterizada por sus rendijas verticales que facilitan el paso. Su propósito va mucho más allá de la mera decoración o de resguardar la intimidad, enfocándose en la eficiencia energética y el confort climático interior.
Adiós a las cortinas
La etimología de la palabra noren es la primera pista sobre su funcionalidad original y su profundo valor práctico. Según explican expertos, el término se compone de dos caracteres kanji que significan "calor" y "persiana" o "cortina". Esta composición lingüística subraya que su principal objetivo histórico fue la protección contra las inclemencias del tiempo. Gracias a pinturas y dibujos que datan del período Heian, se cree que este tejido japonés apareció por primera vez hace más de 1.000 años, con la misión principal de proteger los interiores domésticos del sol, el frío y el polvo.
Históricamente, el noren se popularizó en Japón por su capacidad de actuar como una barrera climática eficaz en entradas y ventanas, mucho antes de que se diseñaran sistemas de aislamiento modernos. Al estar fabricados con telas densas, aunque ligeras, ofrecen una capa adicional de aislamiento en la ventana, ayudando a mantener el calor dentro durante el invierno y a bloquear la entrada de aire frío. Esta funcionalidad es clave para reducir las pérdidas energéticas y, por lo tanto, disminuir la dependencia de los sistemas de calefacción, ofreciendo una solución simple y textil al problema de las cortinas.
Con el paso del tiempo, la instalación de este tipo de cortinas dejó de limitarse solo a los espacios exteriores, como entradas de negocios y ventanas con cortinas. El noren comenzó a implantarse también dentro de las casas para separar los espacios de forma sencilla, sin la necesidad de compartimentar a través de paredes y tabiques permanentes. El diseño con rendijas verticales permite el paso fácil de personas, mientras la tela conserva la función de barrera visual y térmica entre habitaciones. Este uso interior también contribuye a zonificar el calor, manteniendo las áreas cálidas sin necesidad de calentar toda la casa.
