Reciclaje: cómo reutilizar los broches viejos y rotos para convertirlos en esta sensacional idea
Los broches para colgar ropa, habituales en tendederos o sogas, suelen desecharse cuando se dañan, especialmente porque son piezas delicadas que se deforman con facilidad. Al manipularlos de forma brusca, el resorte suele ser la primera parte en romperse, lo que impide que sigan sujetando las prendas correctamente. Sin embargo, estos objetos pueden convertirse en verdaderos aliados para realizar manualidades y proyectos útiles en el hogar.
¿Cómo reutilizar los broches de ropa?
En su mayoría fabricados en madera, aunque también existen de plástico, los broches pueden reciclarse sin dificultad. El primer paso para reutilizarlos es desmontarlos por completo y lijarlos bien para eliminar astillas o imperfecciones que puedan causar heridas al manipularlos. Una vez limpios y preparados, se pueden pintar con los colores que más nos gusten para darles un toque original y decorativo. También se puede optar por dejarlos al natural, aunque aplicar una capa de barniz es recomendable para proteger la superficie.

Una idea divertida, ideal para hacer con niños, consiste en formar flores pegando varios broches entre sí, creando así pétalos con un diseño creativo. También se pueden transformar en servilleteros: basta con armar un semicírculo dejando espacio central para colocar las servilletas. Para decorar escritorios o paredes, una opción lúdica es formar mariposas, posicionando los broches en diagonal y agregando antenas decorativas.
Incluso es posible fabricar un espejo decorativo casero utilizando estos broches. La técnica consiste en colocarlos alrededor de un vidrio de tamaño medio, formando un marco original. Al ubicarlo en un sitio visible como el hall de entrada, puede convertirse en un objeto llamativo para quienes visitan la casa.
En la cocina, los broches pueden utilizarse para crear prácticos colgadores. Solo hay que fijarlos a una tabla de madera con la parte que cierra orientada hacia abajo. Así, se pueden colgar repasadores, toallas o trapos de cocina, manteniéndolos ordenados y accesibles. También pueden servir como portavasos si se desmontan y se pegan sus mitades formando un círculo decorativo.

Por último, una propuesta encantadora y funcional es hacer un portavelas artesanal. Para ello, se necesitan broches (rotos o enteros), un pequeño recipiente de plástico –como uno de crema o dulce de leche– y pegamento. Se retiran los resortes de los broches, se separan las mitades y se pegan alrededor del contenedor. Luego se inserta una vela y, si se desea, se pinta para darle un acabado estético.