En los supermercados abundan productos específicos para el cuidado del cabello, pero muchos aún recurren a remedios caseros, y uno de ellos se ha vuelto tendencia en redes sociales: lavarse el pelo con vinagre blanco. Este método se ha popularizado por su capacidad para equilibrar el pH del cuero cabelludo y realizar una limpieza profunda, además de ayudar a prevenir la descamación.

¿Por qué lavarse el pelo con vinagre?

Si bien no existen suficientes estudios científicos que respalden todos sus beneficios, algunos estilistas avalan su uso moderado. No se recomienda como sustituto del champú o acondicionador, pero aplicarlo una o dos veces por semana podría contribuir a mantener el cabello más fuerte y saludable. Su eficacia se debe principalmente al ácido acético (en una concentración del 3 al 6 %), que también posee propiedades antimicóticas y antimicrobianas, ayudando a prevenir la proliferación de hongos y bacterias.

Para aplicarlo correctamente, es fundamental diluir el vinagre blanco en agua para evitar irritación o sequedad. Antes de su uso, el cabello debe lavarse con champú para eliminar residuos de otros productos. Luego se masajea suavemente durante unos minutos, se deja actuar por un breve tiempo y se enjuaga con agua tibia.

Sin embargo, no todos pueden beneficiarse de este remedio casero. Las personas con cabello muy seco podrían experimentar mayor resequedad, por lo que se les sugiere alternativas más suaves, como el vinagre de manzana. Tampoco es aconsejable en cabellos teñidos, ya que puede desvanecer el color. A pesar de estas advertencias, la tendencia continúa creciendo gracias a la viralización de videos en redes sociales que muestran resultados visibles en cabellos grasos, con caspa o sin brillo.

¿Cuáles son los beneficios del vinagre en la comida?

El vinagre en la comida no solo aporta un toque de sabor único, sino que también puede ofrecer beneficios para la salud si se consume con moderación. Su uso puede mejorar la digestión al estimular la producción de jugos gástricos, lo que favorece la absorción de nutrientes.

Además, algunos estudios sugieren que ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre, especialmente cuando se consume junto a comidas ricas en carbohidratos, ya que retrasa la digestión de los almidones. También puede generar una mayor sensación de saciedad, lo que resulta útil para quienes buscan controlar su peso.

Por otro lado, el vinagre, dependiendo de su tipo, puede contener compuestos antioxidantes que contribuyen a proteger las células del daño oxidativo. Su contenido de ácido acético le otorga propiedades antimicrobianas, lo que no solo ayuda a conservar mejor los alimentos, sino que también puede reducir el riesgo de intoxicaciones alimentarias. En la cocina, es un gran aliado para realzar sabores sin añadir calorías, grasas ni exceso de sal, siendo ideal para aderezar ensaladas, marinar carnes o potenciar platos sin comprometer una dieta equilibrada.