Qué sucede si riegas tus plantas con agua de lluvia
Es una práctica común y bien intencionada la de resguardar las plantas en el interior cuando comienza a llover. Sin embargo, detrás de esta acción, se esconde un secreto de la naturaleza que muchos desconocen: el agua de lluvia es, en realidad, un elixir beneficioso para el jardín, superando en muchos aspectos al agua de grifo convencional. A continuación, la recomendación de expertos.
Jardinería: por qué se recomienda regar las plantas con agua de lluvia
Lejos de ser un simple riego, la lluvia aporta elementos cruciales que fomentan un crecimiento vigoroso y saludable. La clave de su superioridad reside en su composición única. A medida que el agua desciende del cielo, arrastra consigo pequeñas pero significativas cantidades de nitrógeno y otros minerales presentes en la atmósfera.

El nitrógeno, en particular, es un macronutriente fundamental para el desarrollo vegetal. Actúa como un motor para el crecimiento de las hojas y los tallos, siendo esencial para la fotosíntesis y la síntesis de proteínas. Este aporte natural de nitrógeno convierte el agua de lluvia en un fertilizante orgánico inigualable, un regalo atmosférico que alimenta directamente a las plantas.
Además de su carga nutritiva, el agua de lluvia presenta otras características óptimas. Su temperatura suele ser más equilibrada y acorde con la del ambiente y el suelo, evitando el choque térmico que puede provocar el agua fría de la canilla. A esto se suma un pH más armonizado, lo que facilita enormemente la absorción de nutrientes por parte de las raíces. Esta combinación de factores químicos y físicos crea un entorno ideal para que las plantas metabolicen y aprovechen al máximo los recursos disponibles en el suelo.

La forma en que el agua de lluvia interactúa con el sustrato también es ventajosa. Al caer de forma natural, penetra más profundamente en la tierra, alcanzando las raíces más recónditas. Esta hidratación profunda no solo asegura que todas las partes del sistema radicular reciban humedad, sino que también ayuda a transportar los nutrientes hacia abajo, poniéndolos al alcance de las raíces más eficientes.