Qué sucede al mezclar cáscara de mandarinas y alcohol: pocas personas lo saben
Al consumir mandarinas, es una práctica común desechar sus cáscaras, sin ser conscientes de que están llenas de aceites esenciales que pueden transformarse en un potente aliado para la limpieza del hogar. A continuación, todos los secretos detrás de este novedoso truco casero.
Dile adiós a la suciedad gracias a esta mezcla de mandarina y alcohol
Una de las formas más efectivas y económicas de aprovechar las cáscaras de mandarina y sus aceites es combinarlas con alcohol para crear un limpiador casero multiusos. Esta mezcla no solo promueve el ahorro y reduce la dependencia de productos químicos industriales, sino que también deja un aroma cítrico fresco en el ambiente.

La preparación de este limpiador es un proceso simple de infusión. Para empezar, se deben recolectar las cáscaras de varias mandarinas y colocarlas en un recipiente de vidrio. Luego, agregar alcohol etílico hasta que las cáscaras queden completamente sumergidas.
Tapar el frasco y dejar reposar en un lugar oscuro y fresco durante un período de cinco a siete días. Este tiempo permite que el alcohol extraiga eficazmente los aceites esenciales de la cáscara. Finalmente, colar el líquido resultante y volcar a una botella con pulverizador para facilitar su aplicación.
Los beneficios de esta solución van más allá de ser un simple limpiador. Sirve como un limpiador natural y antibacterial ideal para desinfectar superficies como mesadas y picaportes. Funciona como un excelente aromatizante casero que deja un perfume fresco sin los químicos artificiales presentes en los aerosoles comerciales. Además, el fuerte aroma cítrico actúa como un repelente suave para ahuyentar insectos comunes como mosquitos y hormigas.

Por último, se recomienda probar la solución en una pequeña zona poco visible antes de aplicarla a gran escala, para asegurar que no cause manchas. Su uso es particularmente beneficioso en áreas con poca ventilación, donde ayuda a conservar un aroma agradable y limpio.