Pocos lo saben: así es como se origina el sarro en grifos, inodoros y duchas
El sarro, esa capa blanquecina y dura que se forma en grifos, duchas e inodoros, es un problema común en muchos hogares. Es importante reconocer su origen para así saber luego cómo combatirlo y dejar el baño reluciente.
Sarro: así se origina la capa blanca en toda la grifería del baño
Según detallan especialistas, el sarro está directamente relacionado con la calidad del agua que utilizamos, específicamente con su nivel de "dureza", que se refiere a la cantidad de minerales disueltos que contiene.
El proceso de formación del sarro es una reacción química que se desencadena por la presencia de minerales como el calcio y el magnesio. Estos elementos están presentes de forma natural en el agua, especialmente en zonas donde el suministro proviene de acuíferos con suelos calcáreos.
Cuando el agua se evapora de una superficie, los minerales disueltos no se evaporan con ella; por el contrario, se quedan atrás y se adhieren a la superficie.

En lugares con contacto constante con el agua, como las canillas, el proceso se acelera. Las gotas de agua que quedan en el metal se secan, dejando una pequeña capa de estos minerales. Con el tiempo, estas capas se acumulan y se endurecen, formando depósitos sólidos de sarro. Este problema se agrava en los inodoros, donde el agua estancada y la humedad constante en los bordes y el fondo de la taza proporcionan un ambiente perfecto para la proliferación de estos minerales.
Además de la acumulación de minerales, la presencia de oxígeno y la falta de limpieza regular contribuyen a que el sarro se asiente. El contacto prolongado de los elementos con la humedad hace que los depósitos se vuelvan más difíciles de remover, transformándose de un simple residuo mineral en una capa de sarro resistente.

Para combatir el sarro y quitarlo de los grifos e inodoro, podemos acudir a distintos trucos caseros, como por ejemplo la combinación de limón y bicarbonato de sodio. Se debe preparar una pasta y luego aplicarla con un cepillo de dientes. Frotar y retirar con un paño.