Paso a paso: qué hacer si te entró agua con jabón en el ojo

La entrada accidental de sustancias en los ojos es un incidente común en el hogar o el trabajo, y aunque el agua con jabón no es el contaminante más peligroso, sí puede causar una irritación significativa. La rapidez de la actuación de estas instrucciones es crucial para minimizar las molestias y prevenir posibles lesiones en la superficie ocular.

Los párpados poseen un reflejo de cierre automático diseñado para proteger el ojo de intrusiones. No obstante, a veces, la velocidad o la forma del contacto, ya sea con un salpicón líquido o en forma de polvo, permiten que el producto logre ingresar antes de que esa defensa se active. Este tipo de contacto, dependiendo de la concentración de la sustancia, puede provocar un espectro de reacciones que van desde una irritación leve, enrojecimiento y ardor, hasta quemaduras químicas serias que requieren atención médica inmediata.

Qué hacer si te entró jabón en el ojo

El protocolo de primeros auxilios comienza con un paso fundamental para evitar la contaminación cruzada: lavarse las manos con agua y jabón. Esto es indispensable para asegurar que no queden residuos del jabón, o de cualquier otra sustancia, en los dedos que pudieran empeorar la situación al tocar o manipular el ojo. Inmediatamente después, si la persona afectada usa lentes de contacto, estos deben ser retirados de inmediato para evitar que queden atrapados residuos entre la lente y la córnea, lo que podría prolongar el daño.

El paso más crítico es el enjuague. Se debe irrigar el ojo afectado con abundante agua corriente limpia y tibia (nunca caliente) durante un tiempo mínimo de 20 minutos. Es vital mantener el párpado bien abierto, usando los dedos si es necesario, para asegurar que el agua fluya sobre toda la superficie ocular. El objetivo es diluir y arrastrar la sustancia química fuera del ojo de forma constante y efectiva.

Existen varias maneras prácticas de realizar este enjuague. La persona puede colocarse bajo la ducha, dirigiendo un chorro de agua suave sobre la frente o la nariz para que el líquido fluya hacia el ojo afectado sin impactarlo directamente. Otra opción es inclinar la cabeza sobre la pileta o el lavabo y dejar que el agua fluya desde el grifo. En el caso de niños pequeños, una técnica útil es recostarlos boca abajo en la bañera o cuna y verter el agua suavemente para facilitar el enjuague sin causarles pánico.