Ni vinagre ni bicarbonato: el método correcto para lavar los pies, aliviar dolores y mejorar la circulación

Este truco ofrece múltiples beneficios para mejorar la salud.
Ni vinagre ni bicarbonato: el método correcto para lavar los pies, aliviar dolores y mejorar la circulación
Así es como debes lavar tus pies. Foto: iStock
lunes, 15 de setiembre de 2025

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Lavar los pies con vinagre o bicarbonato son técnicas que se utilizan desde hace décadas para mejorar las extremidades inferiores del cuerpo. Sin embargo, no son los únicos métodos viables. En este sentido, especialistas recomiendan probar otro truco, también con ingredientes que tienes en casa.

Pocos lo saben: así es como debes lavar los pies

Profesionales señalan que una mezcla de sal marina y agua tibia es una práctica ancestral que se ha mantenido vigente gracias a sus múltiples beneficios. Este sencillo ritual, que a menudo se considera un simple acto de relajación, ofrece propiedades terapéuticas que van desde el alivio de la fatiga hasta la mejora de la circulación y el cuidado de la piel.

Uno de los principales beneficios de esta mezcla es su capacidad para aliviar el cansancio y la hinchazón. El agua tibia, al dilatar los vasos sanguíneos, mejora la circulación en los pies y tobillos, lo que reduce la retención de líquidos.

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Por su parte, la sal marina, rica en minerales, actúa como un antiinflamatorio natural que ayuda a desinflamar las zonas afectadas. Esto es especialmente útil después de un largo día de pie o caminando, proporcionando una sensación de alivio inmediato.

Además de su efecto relajante y desinflamatorio, la sal marina es un exfoliante natural muy eficaz. Al sumergir los pies, la piel se suaviza, lo que facilita la eliminación de las células muertas, asperezas y callosidades. Este proceso no solo mejora la textura de la piel, dejándola más suave y lisa, sino que también contribuye a una mejor higiene. Para potenciar este efecto, se recomienda frotar suavemente los pies durante el baño.

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Esta combinación también tiene propiedades antimicrobianas. La sal crea un ambiente menos favorable para el crecimiento de hongos y bacterias que pueden causar mal olor o infecciones leves como el pie de atleta. Aunque no sustituye un tratamiento médico profesional en casos severos, puede ser un complemento útil para mantener la salud de los pies.

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