Los materiales que no debes utilizar en la decoración de tu baño
La decoración de un baño va más allá de la estética; se trata de crear un espacio que transmita calma, calidez y confort. A menudo, la elección de los materiales es el factor decisivo que puede transformar un baño funcional en un verdadero santuario personal. Por eso, muchos expertos en diseño de interiores evitan ciertos materiales que, aunque pueden parecer modernos o prácticos, terminan por crear un ambiente frío e impersonal. La clave está en buscar elementos que no solo sean duraderos, sino que también aporten carácter y calidez al espacio.
En lugar de materiales que permanecen inalterables, lo ideal es elegir aquellos que envejecen con gracia. Un suelo de piedra natural, una encimera de madera maciza o incluso un lavabo de concreto pulido son ejemplos de materiales que no solo resisten el paso del tiempo, sino que mejoran con él. Cada pequeña mancha, cada sutil cambio de color y cada marca de uso cuenta una historia, dándole al baño una personalidad única. Este tipo de acabados aportan alma al espacio, transformándolo en un lugar con carácter y autenticidad.
La decoración del baño
Uno de los materiales que los diseñadores más experimentados sugieren evitar son los revestimientos brillantes que imitan texturas naturales sin serlo. Aunque un azulejo que simula la madera o la piedra puede parecer una opción económica y de bajo mantenimiento, a menudo carece de la profundidad y la autenticidad que tienen los materiales genuinos. Estos acabados suelen tener un aspecto plano y artificial que, con el tiempo, puede hacer que el baño se sienta impersonal y sin vida. La textura es fundamental para crear un ambiente acogedor, y los imitadores rara vez logran capturar esa esencia.
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Además de la calidez visual, la sensación táctil de los materiales es crucial. Los expertos recomiendan evitar superficies excesivamente frías al tacto, como ciertos porcelanatos pulidos o metales brillantes en grandes superficies. Aunque su apariencia puede ser impecable, su falta de calidez puede hacer que el baño se sienta inhóspito, especialmente en las mañanas frías. Es preferible optar por materiales con texturas más cálidas y naturales, como la madera sin tratar, la cerámica con acabado mate o incluso el corcho, que no solo son agradables a la vista, sino también al tacto.

El brillo excesivo es otro elemento a considerar. Mientras que un toque de metal brillante puede ser elegante, un exceso de superficies reflejantes puede resultar abrumador y dar al baño una sensación estéril, más parecida a un quirófano que a un espacio de relajación. Un baño debe ser un lugar para la introspección y el descanso, por lo que las superficies mates o satinadas suelen ser una mejor opción. Estos acabados absorben la luz de manera suave, creando una atmósfera más tranquila y serena.