Mascotas
Los 5 "NO" que debes tener para la buena conducta de tu perro
Son fundamentales para la buena conducta, la estabilidad emocional y la salud física de nuestro compañero de cuatro patas
miércoles, 05 de noviembre de 2025
Tener un perro es una de las experiencias más enriquecedoras, pero lograr una convivencia armoniosa y asegurar su bienestar requiere entender su naturaleza. A menudo, los dueños cometen errores en la conducta por exceso de cariño, tratando a sus mascotas como si fueran humanos.
Los especialistas en comportamiento de perros han identificado cinco pilares, o "Los 5 No", que son fundamentales para la buena conducta, la estabilidad emocional y la salud física de nuestro compañero de cuatro patas. Ignorar estos principios puede generar confusión, ansiedad y problemas de salud en el animal.
Los 5 NO con los perros
- NO humanizar al perro: el primer y más común error es tratar al perro como si fuera una persona, un fenómeno conocido como humanización. Actividades como vestirlo con ropa incómoda, ofrecerle comida humana o, incluso, hablarle constantemente con voz de bebé, aunque parten del afecto, confunden profundamente su naturaleza. Los perros son animales de especie, con instintos y necesidades específicas que requieren jerarquía, rutinas claras y disciplina propia de su mundo. Ofrecerles una estructura canina, en lugar de una humana, es la clave para un comportamiento equilibrado y una vida emocionalmente estable.

- NO permitirle todo: una disciplina laxa o la incapacidad de decir "no" son perjudiciales para la psicología canina. Establecer límites es un acto de amor y esencial para la seguridad y la salud mental del perro. La falta de reglas y normas coherentes genera en el animal una profunda ansiedad, ya que no comprende su rol ni lo que se espera de él en el hogar. Un perro sin límites claros puede desarrollar conductas agresivas, destructivas o de dominancia, mientras que unas normas consistentes dentro y fuera de casa le aportan la confianza y la seguridad necesarias para ser un miembro tranquilo y bien adaptado de la familia.
- NO usar shampoo humano: la salud física requiere atención específica, comenzando por el cuidado de la piel. La piel canina posee un nivel de pH que oscila entre 7 y 7,5, lo que la hace significativamente más alcalina que la piel humana. Utilizar productos de higiene diseñados para personas es un error grave, ya que la acidez de nuestro shampoo elimina la barrera protectora natural de la piel del perro. Esta agresión química puede causar irritación severa, picazón, sequedad y desencadenar diversas alergias o infecciones cutáneas en el perro. Es imprescindible usar únicamente cosméticos formulados específicamente para la fisiología canina.

- NO dejar que lama la cara: aunque se interpreta a menudo como un gesto de extremo afecto, es una práctica que conlleva riesgos sanitarios. La saliva de los perros, si bien no es inherentemente "sucia", transporta una compleja variedad de bacterias, parásitos y hongos que pueden ser transferidos a las mucosas faciales humanas. Estas bacterias pueden causar infecciones, especialmente en niños, personas mayores o aquellos con sistemas inmunitológicos comprometidos. En lugar de permitir el lamido en la cara, se recomienda redirigir este comportamiento y permitirle lamer la mano, una alternativa más higiénica y segura para ambos.
- NUNCA Castigo Físico o Emocional: el último "No" es quizás el más importante para la relación de confianza: nunca se debe recurrir al castigo físico (golpes) o emocional (gritos, encierros prolongados) para corregir al perro. Estas acciones no educan; por el contrario, solo generan miedo, desconfianza y pueden romper irreversiblemente el vínculo afectivo. Los educadores y etólogos caninos abogan firmemente por el refuerzo positivo como la única herramienta efectiva de enseñanza. Premiar la buena conducta con caricias, snacks o juguetes no solo consolida el aprendizaje de manera más rápida, sino que también fortalece la relación entre el dueño y su mascota en un ambiente de respeto y seguridad mutua.