Lo dice la grafología: dependiendo de cómo escribes la letra D, será tu personalidad
La grafología, la disciplina que busca desvelar aspectos de la personalidad a través del análisis de la escritura manual, ofrece fascinantes interpretaciones sobre los trazos más cotidianos. En este caso, te diremos qué tan sumiso eres dependiendo de la forma en la que escribes la letra D.
Grafología: así es tu personalidad según como escribes la letra D
De acuerdo a la grafología, ciertos detalles en su escritura podrían ser indicadores de un rasgo de personalidad específico: la sumisión. En este caso, dependiendo de la forma en la que escribes la letra D en minúscula (“d”), podremos saber con precisión esta cualidad.
Aunque la grafología no es una ciencia exacta y sus interpretaciones deben tomarse con cautela, sus postulados proponen que cada elemento de una letra, desde la presión hasta la forma del trazo, revela un micromundo de características psicológicas.

Para los expertos en grafología, la clave para interpretar la letra "d" minúscula reside en su "anillo" o círculo (la parte ovalada de la letra) y su unión con el trazo vertical. Este anillo representa metafóricamente el "yo" interno, la autoconciencia y la relación del individuo con su propio ser y con los demás.

Según esta perspectiva, si el anillo de la "d" es muy pequeño o excesivamente estrecho en proporción a la asta (la parte vertical), podría interpretarse como una señal de sumisión. Este trazo se asocia con personas que tienden a:
- Poner las necesidades de los demás por encima de las propias: dificultad para establecer límites personales claros.
- Falta de iniciativa: una tendencia a esperar que otros tomen las decisiones o el liderazgo.
- Dependencia emocional: necesidad de aprobación externa para sentirse valioso o seguro.
- Timidez o introversión: aunque la introversión no es sumisión, puede maanifestarse en una falta de asertividad que la grafología podría vincular a este tipo de trazo.
En concreto, según la grafología, un anillo pequeño o apretado sugiere que la persona no se permite expandir su "yo", cediendo espacio a influencias externas o a la voluntad ajena.