Una de las herramientas más utilizadas para la limpieza del hogar, la esponja de cocina, también puede convertirse en un foco importante de bacterias si no se desinfecta correctamente. A pesar de su uso frecuente, muchas personas desconocen que este pequeño objeto puede acumular una gran cantidad de microorganismos dañinos como E. coli o Salmonella.

¿Por qué meter la esponja en el microondas?

Para combatir este problema y prolongar la vida útil de la esponja, existe un truco casero simple y efectivo: colocarla húmeda en un recipiente apto para microondas y calentarla durante uno o dos minutos. Este proceso genera vapor dentro de la esponja, lo que distribuye el calor de manera uniforme y elimina gérmenes mediante la alta temperatura.

No obstante, es fundamental asegurarse de que la esponja no contenga partes metálicas para evitar daños al electrodoméstico. Si bien este método ayuda a mantener la higiene, los expertos también recomiendan reemplazar la esponja periódicamente para evitar riesgos para la salud. Incorporar este sencillo hábito puede reducir significativamente las posibilidades de contraer enfermedades y optimizar el uso de un objeto tan cotidiano.

¿Cómo desinfectar el microondas?

Una forma efectiva de desinfectar el microondas consiste en utilizar una mezcla casera a base de agua combinada con vinagre blanco o bicarbonato de sodio. Al calentar esta solución dentro del electrodoméstico, se produce vapor que ayuda a aflojar la suciedad incrustada y los restos de comida. Una vez que el vapor haya hecho efecto, se recomienda limpiar el interior con un paño húmedo o una esponja para eliminar los residuos con facilidad.

El procedimiento es sencillo: primero se debe preparar una mezcla con partes iguales de agua y vinagre, o disolver una cucharada de bicarbonato en agua. Luego, se coloca el recipiente dentro del microondas y se calienta durante 2 a 5 minutos a máxima potencia. Es importante manipular el recipiente con precaución debido al calor. Tras el calentamiento, basta con pasar un paño húmedo por las superficies internas y secar con uno limpio.

Para quienes deseen un aroma más fresco, es posible añadir jugo de limón o unas gotas de aceite esencial de limón a la mezcla. Como consejos adicionales, se recomienda limpiar los derrames tan pronto ocurran para evitar que se endurezcan, mantener el microondas ventilado tras la limpieza, y en caso de olores persistentes, colocar bicarbonato en su interior durante algunas horas para neutralizarlos.