La elegante y peligrosa planta que crece con facilidad en cualquier jardín
En el jardín podemos tener un sinfín de plantas ornamentales que llenarán de belleza el parque. Las más populares son los jazmines, girasoles y margaritas, aunque también se destacan las adelfas. Estas especies, además de ser elegantes, pueden representar un peligro.
La planta que es un arma de doble filo en el jardín
La adelfa o Nerium Oleander, originaria del Mediterráneo, es un arbusto se ha naturalizado en numerosas regiones templadas, convirtiéndose en un elemento familiar en paisajes urbanos como carreteras, plazas y parques debido a su marcado valor ornamental.
La adelfa se caracteriza por un tronco liso de tonalidad gris, del cual brotan ramas adornadas con hojas largas y de un intenso verde oscuro, cuya forma lanceolada recuerda a las del laurel, de ahí su nombre común (laurel de flor).
Su momento de máximo esplendor llega en primavera, cuando produce una profusión de flores con un agradable aroma. Estas pueden presentarse en una gama de colores que incluye el blanco, amarillo y rosa, añadiendo un toque vibrante al paisaje. Tras la polinización, estas flores dan paso a pequeños frutos que, aunque carecen de atractivo visual, albergan las semillas de la planta.
En cuanto a sus cuidados básicos, expertos en jardinería señalan la gran adaptabilidad de la adelfa. Puede prosperar tanto en macetas como directamente en el suelo, mostrando una notable resistencia a diversas condiciones ambientales. Sin embargo, su desarrollo óptimo se logra en jardines exteriores, donde pueda recibir luz solar directa. Si se opta por cultivarla en interiores, es crucial ubicarla cerca de una ventana para asegurar suficiente luminosidad.
No obstante, la característica más crucial de la adelfa radica en su toxicidad. Es considerada una de las especies más venenosas del mundo, ya que todas sus partes –hojas, flores, tallos e incluso el agua en la que se han sumergido ramas– contienen componentes que pueden ser altamente dañinos si se ingieren. Por esta razón, su presencia en jardines con niños pequeños o mascotas demanda una extrema precaución y vigilancia constante.
