Muchas plantas sufren y mueren debido al tipo de maceta en la que están plantadas. En particular, las macetas de barro y terracota tienden a acumular hongos y moho, que con el tiempo pueden extenderse hasta el tallo de la planta, dañándola gravemente. Es importante aclarar que ese polvo blanco que a veces se observa en las macetas no siempre es moho; en muchos casos, se trata de una acumulación de minerales que no representa un problema.

¿Por qué se forma moho blanco en las macetas?

El moho blanco, que tiene una textura algodonosa y húmeda, suele aparecer en la base de la maceta, donde la humedad se concentra más. Si no se controla, este moho puede cambiar de color, volviéndose amarillento, gris o incluso negro. Este problema es más común en épocas de lluvia, durante el invierno o cuando se riega en exceso, y además atrae a los mosquitos de moho, que dañan las raíces de las plantas al alimentarse de ellas.

Para eliminar y prevenir la aparición de moho y hongos en las macetas, es fundamental reducir el riego y asegurarse de que las plantas estén en lugares bien ventilados. En interiores, el uso de un deshumidificador también ayuda a controlar la humedad ambiental. Otra técnica eficaz consiste en limpiar la maceta con un paño seco y luego espolvorear canela sobre su superficie, un remedio natural que ayuda a evitar el crecimiento de hongos.

Además, colocar piedras decorativas hechas de materiales con propiedades higroscópicas, como la sal de roca, gel de sílice o arcilla bentonita, sobre la tierra o alrededor de la maceta puede ayudar a absorber el exceso de humedad, manteniendo el ambiente más seco y saludable para las plantas.

¿Cómo saber si mis plantas tienen plagas?

Para saber si tus plantas están infestadas por plagas, es fundamental observar cuidadosamente las hojas, tallos y el suelo en busca de signos evidentes como manchas, agujeros, deformaciones, telarañas o la presencia de pequeños insectos y excrementos. También es importante estar atento a olores extraños y al estado general de la planta, como hojas amarillentas, marchitas o caídas, que pueden indicar problemas.

Algunas plagas comunes incluyen pulgones, que se agrupan en brotes y en el envés de las hojas; arañas rojas, que dejan manchas y telarañas finas; trips, que causan manchas plateadas; cochinillas, con aspecto de algodón; moscas blancas, y babosas o caracoles que dañan las hojas.

Para prevenir y controlar estas plagas en tus plantas, es recomendable revisar las plantas con regularidad, buscar insectos o sus huevos y aplicar métodos ecológicos como jabón insecticida, aceite de neem o azufre. En casos graves, se puede recurrir a insecticidas químicos siguiendo siempre las indicaciones del fabricante. Mantener las plantas saludables es clave, ya que las plantas fuertes resisten mejor las plagas.