Las tormentas pueden provocar importantes daños en jardines, especialmente cuando se producen con mayor frecuencia en regiones donde no son habituales. En los últimos meses, se han registrado lluvias intensas en zonas donde el clima normalmente es más seco, lo que aumenta el riesgo de que las plantas sufran roturas, se desprendan macetas o se deterioren otros objetos del jardín.

¿Cómo cuidar a las plantas en las tormentas?

Aunque no todos los daños son permanentes, repararlos puede implicar costos y esfuerzo. Para minimizar estos efectos, es recomendable proteger las plantas de manera anticipada. Una de las medidas más efectivas es trasladar las macetas al interior de la casa durante el temporal.

También resulta clave limpiar las plantas de restos y escombros después de la tormenta, podar las partes dañadas y sujetar aquellas con tallos largos que podrían quebrarse con el viento. Además, plantar setos resistentes ayuda a reducir el impacto de las lluvias y ráfagas sobre el resto del jardín, ya que funcionan como barrera natural.

En zonas donde son comunes las nevadas o las heladas, como en áreas montañosas o el sur de Argentina, se aconseja cubrir las plantas más sensibles y moverlas a espacios interiores para evitar que el frío extremo las dañe o las haga morir.

¿Cómo cuidar a las plantas en invierno?

Durante el invierno, cuidar las plantas requiere adaptar ciertos hábitos para protegerlas de las bajas temperaturas y la humedad. Es esencial reducir la frecuencia y cantidad de riego, ya que en esta estación el agua se evapora más lentamente y las plantas entran en reposo, lo que disminuye sus necesidades hídricas. Se debe evitar que el sustrato se encharque, asegurando un buen drenaje y regando solo cuando el suelo esté seco, para prevenir tanto la pudrición de las raíces como daños por congelación.

Para protegerlas del frío, es aconsejable acercar las plantas de interior a zonas con luz natural, manteniéndolas alejadas de corrientes de aire frío. Las plantas de exterior, especialmente las más sensibles, pueden resguardarse con cubiertas protectoras como mallas antiheladas o trasladarse al interior si es necesario. También es útil crear una barrera de protección para las raíces, separando las macetas del suelo frío con madera o baldosas y utilizando mulch.

Además, es importante realizar tareas de mantenimiento, como podar ramas secas, eliminar hojas muertas y aplicar fertilizantes de liberación lenta para asegurar un aporte controlado de nutrientes. En el caso de plantas delicadas o huertos, el uso de invernaderos o túneles plásticos puede ofrecer una protección extra contra las heladas.