Esto es lo que sucede si lavas tu cabello con agua fría, según especialistas
Un cabello brillante y suave no solo es símbolo de belleza, sino también un reflejo del bienestar interior. Cuidarlo es clave para mantenerlo saludable, por lo que no basta con visitar la peluquería ocasionalmente: algunos tratamientos caseros pueden marcar una gran diferencia. El cabello refleja cómo lo tratamos. Si no recibe el cuidado necesario, puede volverse opaco, con puntas dañadas o sin movimiento. Por eso, es esencial elegir un buen shampoo, realizar un doble lavado, aplicar mascarillas antes del lavado y utilizar baños de crema con frecuencia.
¿Qué pasa si lavamos el cabello con agua fría?
Expertos de Hair Life Medicina Capilar aseguran que las duchas con agua fría ofrecen numerosos beneficios, no solo para el cuerpo, sino también para el cabello. No es necesario bañarse completamente con agua fría, basta con finalizar la ducha con un chorro de agua fría.
Esto ayuda a potenciar el brillo capilar, ya que el cabello contiene queratina, una proteína que protege los folículos.

El Dr. Mun explica: "Las células blandas de queratina son muy sensibles al calor. Cuando se exponen a temperaturas altas, el cabello se debilita, se reseca y pierde su luminosidad. El agua fría puede minimizar ese daño térmico". Además, el especialista señala que el aumento en la circulación sanguínea facilita el transporte de oxígeno y nutrientes al folículo piloso, fortaleciendo el cabello y dándole más brillo.
Enjuagar el cabello con agua fría puede ser una gran aliada si buscás una melena más sedosa y saludable. Entre otros beneficios, el agua fría también puede mejorar el aspecto de la piel, incrementar la energía, acelerar la recuperación muscular, aliviar la congestión, reducir el cansancio y calmar los dolores de cabeza.
¿Cómo lograr que el cabello crezca rápido?
Para estimular un crecimiento más rápido del cabello, es clave adoptar una rutina que combine cuidados internos y externos. Una alimentación balanceada, rica en proteínas, vitaminas y minerales como el hierro, el zinc y los ácidos grasos Omega-3, proporciona los nutrientes necesarios para fortalecer el cabello desde la raíz. Beber suficiente agua también es fundamental, ya que la hidratación interna influye directamente en la salud y el brillo capilar.
En cuanto al cuidado externo, es importante proteger el cabello del daño por calor, evitando el uso excesivo de herramientas como secadores, planchas o rizadores. Si se utilizan, se recomienda aplicar un protector térmico y mantener la temperatura baja. El uso de productos capilares de buena calidad, como champús, acondicionadores y tratamientos fortalecedores, también es crucial para mantener la fibra capilar sana. Otro hábito muy beneficioso es el masaje del cuero cabelludo, ya que estimula la circulación sanguínea, lo que puede potenciar el crecimiento del cabello.

Cortar las puntas cada seis u ocho semanas ayuda a eliminar las partes dañadas y evita que las puntas abiertas se extiendan, lo cual favorece un crecimiento más saludable. Los aceites esenciales como el de romero, menta o lavanda pueden aplicarse en el cuero cabelludo para fortalecer, nutrir y dar brillo al cabello. Además, las mascarillas nutritivas aplicadas con frecuencia ayudan a mantener la hidratación y la resistencia del cabello.
Evitar lavar el cabello en exceso también es recomendable, ya que los lavados frecuentes pueden eliminar los aceites naturales que lo protegen. A su vez, cepillarlo con suavidad, comenzando desde las puntas y evitando los tirones, previene la rotura. Elegir productos sin sulfatos y alejarse de tratamientos químicos agresivos como decoloraciones o permanentes también contribuye a preservar la salud capilar.