El secreto de jardinería para recuperar una suculenta podrida, según especialistas
En el cuidado de las plantas, uno de los problemas más comunes y desalentadores para los amantes de las suculentas es la pudrición. Este fenómeno, casi siempre causado por un exceso de riego, puede hacer que el ejemplar pierda su firmeza y se torne de un color oscuro. A pesar de que la situación pueda parecer irreversible, existen pasos claros y efectivos para darle una segunda oportunidad, según cuentan expertos en jardinería.
Jardinería: cómo recuperar una suculenta podrida
El proceso de recuperación debe iniciarse con una inspección exhaustiva de la suculenta. Es fundamental retirarla por completo de la maceta para evaluar el estado de su tallo y sus raíces. La pudrición se manifestará como áreas de color negro o marrón, que pueden ser blandas al tacto. Una vez identificadas, debemos proceder a eliminar la parte dañada.

A continuación, según recomiendan expertos en jardinería, con un cuchillo o una tijera de previamente esterilizada, se deben cortar con precisión todas las partes podridas hasta llegar a un tejido sano. Es vital asegurarse de que no quede ninguna porción de color oscuro en el tallo, ya que la misma podría continuar extendiéndose.
Una vez realizado el corte, el siguiente paso es crucial para el éxito del rescate. La planta debe ser dejada en un lugar seco y con luz indirecta durante varios días. Este período de secado, que puede durar aproximadamente cinco días, le permite a la herida cicatrizar y formar un callo protector. Esto es esencial para prevenir futuras infecciones por hongos o bacterias.

Una vez que la suculenta esté completamente cicatrizada, es el momento de trasplantarla. Si se va a reutilizar la maceta original, es imperativo lavarla a fondo para eliminar cualquier hongo o bacteria residual. Además, se debe usar tierra nueva y específica para suculentas, que garantice un excelente drenaje. Trasplantar la planta con mucho cuidado y realizar un riego ligero. La clave, a partir de ese momento, es monitorear el riego para que no se repita el problema.