El potente abono casero que estimula el crecimiento de todas las plantas del jardín
El cuidado de las plantas no solo exige la poda de los ejemplares o el riego regular. Para un correcto crecimiento de las especies, también debemos dotarlas de nutrientes. En este sentido, te recomendaremos poner en práctica un abono casero potente que estimulará el óptimo desarrollo de todo lo que tenemos sembrado en el jardín.
¿Cuál es el mejor abono casero para las plantas del jardín?
De acuerdo a expertos en jardinería, una de las opciones más efectivas es un potente preparado natural. Se trata de un abono casero rico en microorganismos, bacterias y levaduras que estimulan el desarrollo vegetal. Su principal ventaja es que se obtiene mediante un proceso de fermentación anaeróbica (sin oxígeno), lo que descompone la materia orgánica de forma controlada.

Este abono casero ayuda a restaurar la salud de los suelos degradados, mejorando su estructura y capacidad de retención de humedad. Además, aporta nutrientes primarios esenciales como nitrógeno, fósforo y potasio, los cuales, al estar en estado líquido, son absorbidos por las raíces con mayor rapidez.

La preparación de este abono casero es sencilla y utiliza ingredientes que usualmente terminan en la basura:
Ingredientes
- Desechos de frutas y verduras (cortados en trozos pequeños).
- Una fuente de azúcar (azúcar común).
- Agua sin cloro.
Preparación paso a paso
- Colocar el material orgánico en un recipiente grande (como un balde o bidón con tapa) hasta llenarlo hasta la mitad.
- Añadir una parte de azúcar por cada diez partes del material orgánico.
- Completar el recipiente con agua hasta cubrir los desechos en su totalidad.
- La mezcla debe dejarse fermentar en un lugar fresco y oscuro por un periodo de 7 a 15 días. Es fundamental abrir la tapa cada dos días para liberar los gases acumulados durante la fermentación y remover la mezcla ligeramente.
- Una vez finalizada la fermentación, el líquido resultante se debe filtrar.
Modo de uso
Antes de usarlo, el abono casero concentrado debe ser diluido en una proporción de una parte de abono por diez partes de agua. Se puede aplicar una vez por semana directamente en la base de las plantas o mediante pulverización sobre las hojas. Los restos sólidos sobrantes tras el filtrado pueden reutilizarse como compost.