El momento del día en el que debes regar las plantas de interior, según expertos en jardinería

El arte del riego en la jardinería de interior es una tarea delicada, influenciada por una variedad de factores que van más allá de la simple aplicación de agua. El tipo de planta, la composición del sustrato, las fluctuaciones climáticas y la ubicación estratégica de las macetas dentro del hogar son elementos cruciales que determinan las necesidades hídricas de cada ejemplar.
¿Cuál es el mejor momento del día para regar una planta?
El horario de riego, lejos de ser una tarea rutinaria, impacta directamente en el proceso vital de la fotosíntesis. Las plantas suculentas, por ejemplo, maestras en el almacenamiento de agua en sus hojas carnosas, demandan riegos menos frecuentes en comparación con especies de hojas amplias y floridas como el potus.
El sustrato en el que reside cada planta juega un papel determinante en la gestión del agua. Su capacidad de drenaje y su textura influyen directamente en la cantidad de agua que el ejemplar en cuestión puede retener y aprovechar.
Las variaciones de temperatura estacionales también dictan el ritmo del riego. Las plantas de interior, al igual que sus contrapartes de exterior, experimentan diferentes necesidades hídricas durante el calor del verano y el frescor del invierno. En los meses cálidos, la transpiración aumenta, exigiendo un aporte mayor de agua, mientras que, cuando hace frío, la demanda disminuye considerablemente.
En términos generales, la ventana horaria ideal para regar las plantas se sitúa entre las 6 y las 8 de la mañana. Este horario estratégico prepara a las plantas para enfrentar las horas de mayor intensidad lumínica y calor del día. Además, las temperaturas más frescas matutinas minimizan la evaporación del agua, permitiendo una hidratación profunda y eficiente.
En sintonía, el riego temprano también actúa como una medida preventiva contra enfermedades fúngicas, ya que el sol seca rápidamente el follaje, evitando la proliferación de hongos favorecida por la humedad nocturna.