El ejercicio de pilates que ayuda a fortalecer los brazos y eliminar las alas de murciélago
A partir de los 50 años, muchas personas notan que sus brazos pierden firmeza, especialmente en la parte superior, donde suele aparecer una flacidez conocida popularmente como “alas de murciélago”. Esta condición está relacionada con la pérdida de masa muscular, el afinamiento de la piel y la acumulación de grasa. Sin embargo, este problema estético y funcional no es irreversible: con un poco de constancia y un ejercicio adecuado, es posible mejorar notablemente el aspecto y la fuerza de los brazos.
¿Cómo evitar las alas de murciélago?
El movimiento recomendado forma parte del repertorio del método Pilates, conocido por su enfoque suave y completo del cuerpo. En particular, la flexión de tríceps apoyada en la pared resulta muy eficaz para trabajar directamente los músculos responsables de la flacidez, al tiempo que fortalece los hombros y la espalda, favoreciendo una mejor postura y un contorno corporal más definido.

Para realizar este ejercicio, hay que colocarse de pie frente a una pared firme, dejando una distancia de entre 50 y 70 centímetros. A mayor distancia, mayor será la dificultad, por lo que conviene empezar más cerca e ir ajustando. Las manos deben apoyarse a la altura del pecho, con los dedos hacia arriba y más cerca entre sí que el ancho de los hombros. Esta colocación activa con precisión los tríceps.
Luego, se debe inclinar el cuerpo hacia adelante, flexionando los codos sin despegar los pies del suelo, con el abdomen contraído y la espalda recta. Es importante mantener los codos cerca del cuerpo durante el movimiento y regresar a la posición inicial estirando los brazos, sin perder la alineación corporal.
¿Cómo obtener mejores resultados?
La clave para obtener resultados está en la regularidad. No se trata de realizar entrenamientos extenuantes, sino de practicar este ejercicio entre tres y cuatro veces por semana, haciendo de dos a tres series de 10 a 15 repeticiones, con pausas de 30 segundos entre cada una. A medida que el cuerpo se adapta, se puede aumentar la distancia respecto a la pared para intensificar el esfuerzo. Incluir esta práctica en la rutina semanal no solo ayuda a reducir la flacidez en los brazos, sino que también fortalece el cuerpo y refuerza la autoestima.

El entrenador Raphaël Godard asegura que no es necesario ir al gimnasio ni utilizar pesas pesadas para lograr buenos resultados. Basta con incorporar una rutina de ejercicios simple que se puede realizar en casa, ideal incluso para quienes no tienen experiencia previa en entrenamiento. Lo mejor de todo es que no se necesita ningún equipamiento especial, solo una pared y unos minutos al día.