Si convivís con un perro, seguro sabes lo difícil que es mantener la ropa libre de pelos. Aunque laves las prendas una y otra vez, los pelitos suelen seguir pegados, sobre todo en telas como el algodón o la lana. Muchos optan por rodillos adhesivos o cepillos especiales para sacarlos, pero no siempre tenemos esos elementos a mano. Por suerte, existe un truco casero muy simple, económico y sorprendentemente efectivo: usar una esponja de cocina seca y limpia.

¿Cómo sacar los pelos de los perros?

Este método, muy popular entre quienes tienen mascotas, consiste en pasar la esponja con suavidad sobre la prenda, siempre en una misma dirección. Gracias a su textura rugosa, la esponja atrapa los pelos con facilidad. Cuando se llena, solo hace falta limpiarla y se puede reutilizar las veces que sea necesario.

Lo ideal es aplicarlo sobre ropa seca y justo antes de salir de casa, ya que la esponja puede llegar a rincones donde el rodillo no alcanza, sin dañar los tejidos. Algunas personas incluso prefieren humedecerla levemente para que atrape mejor los pelos, aunque no es imprescindible. Lo importante es mantenerla limpia y libre de residuos para que siga funcionando de forma eficaz.

Además del truco de la esponja, hay otras soluciones caseras que puedes probar para mejorar la limpieza. Los clásicos guantes de goma, por ejemplo, también sirven: al frotarlos ligeramente sobre la ropa, generan electricidad estática que atrae los pelos, y si se humedecen un poco, el efecto es aún mayor.

Otra opción es colocar un paño de microfibra o una pelota antiestática dentro del lavarropas durante el lavado, lo que ayuda a desprender los pelos de las prendas. También se recomienda añadir un poco de vinagre blanco en el ciclo de enjuague del lavarropas, ya que esto reduce la adherencia del pelo a las fibras de la ropa. Con estos trucos simples y accesibles, es posible mantener tu ropa más limpia, sin complicaciones ni gastos innecesarios.

¿Por qué las mascotas pierden pelos?

La caída de pelo en las mascotas es un fenómeno común que puede deberse principalmente al proceso natural de muda, aunque también existen otras causas importantes como alergias, parásitos, infecciones, enfermedades, estrés, genética o una alimentación deficiente. La muda es un proceso fisiológico en el que el pelaje viejo se cae para dar lugar a uno nuevo, y suele intensificarse en primavera y otoño, cuando perros y gatos se preparan para los cambios de temperatura.

Más allá de este ciclo natural, algunos animales pierden pelo por reacciones alérgicas, ya sean alimentarias o ambientales, que generan irritación en la piel y, como consecuencia, provocan su caída. También es frecuente que pulgas, garrapatas, ácaros u otros parásitos causen picazón e incomodidad, llevando a la mascota a rascarse de forma excesiva, lo que deteriora su pelaje.

Las infecciones cutáneas, tanto bacterianas como fúngicas, también pueden producir pérdida de pelo, al igual que algunas enfermedades como el hipotiroidismo, el síndrome de Cushing, la dermatitis, la tiña o la sarna. El estrés es otro factor que puede incidir negativamente en la salud del pelaje, ya que afecta el sistema inmunológico. Además, hay razas con mayor predisposición genética a perder pelo y, en muchos casos, una alimentación pobre en nutrientes también se refleja en la salud de la piel y el pelaje.

Para cuidar el pelaje de las mascotas y prevenir su caída excesiva, se recomienda realizar un cepillado regular que elimine el pelo muerto y favorezca el crecimiento del nuevo. Una dieta equilibrada, rica en vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales, es fundamental para mantener la piel sana. Asimismo, es clave mantener un control estricto sobre los parásitos externos mediante tratamientos adecuados.