El cuidado que deberás tener con tus valijas durante las vacaciones para no afectar tu salud
Al llegar a una habitación de hotel, la comodidad y el lujo aparente nos hacen bajar la guardia respecto a la higiene. Sin embargo, los pisos, incluso en los establecimientos más exclusivos, albergan una amenaza silenciosa para nuestra salud y nuestro hogar. Sobre todo respecto a las valijas en nuestras vacaciones.
Aunque el personal de limpieza trabaje a diario, las alfombras y los revestimientos cerámicos acumulan suciedad, polvo y, crucialmente, microorganismos difíciles de erradicar. Este ambiente a menudo húmedo y cálido se convierte en un caldo de cultivo ideal para la proliferación de bacterias, hongos e incluso pequeños insectos indeseados que se meten hasta en nuestra valija.
Cuidado con las valijas en las vacaciones
Uno de los mayores y más temidos riesgos de salud y hogar que acarrea esta práctica se vincula directamente a las chinches. Estas plagas son expertas en propagarse con facilidad, y el interior de una maleta ofrece un escondite perfecto. Las chinches pueden camuflarse en las costuras y pliegues de las valijas, viajando inadvertidamente de la habitación del hotel a nuestro hogar, donde provocan infestaciones difíciles y costosas de erradicar. La experta en bienestar y viajes Kelli Tolliday recalca que esta situación es mucho más habitual de lo que se piensa, especialmente en habitaciones que utilizan alfombras como revestimiento.
El peligro no se limita únicamente a los diminutos insectos, sino que también incluye la fauna local y otros elementos biológicos. La consultora de viajes LaDell Carter compartió una advertencia personal y muy gráfica: durante una estancia en Jamaica, dejó su maleta apoyada directamente sobre el suelo de la habitación. Al volver, se encontró con pequeños lagartos que habían invadido el interior de su equipaje. Esta anécdota, aunque exótica, refuerza una regla de oro para la higiene viajera: la valija jamás debe ir al suelo.
La solución para proteger nuestra salud y pertenencias es sencilla y requiere un cambio de hábito inmediato al ingresar a la habitación. Como aprendió LaDell Carter, la valija debe ir siempre sobre una superficie elevada. Los hoteles suelen proveer un maletero o soporte metálico precisamente con este fin. Si no está disponible, la alternativa más segura es colocar el equipaje sobre el escritorio, encima de la cómoda, o en un apuro, dentro de la bañera o la ducha, donde el ambiente es menos propicio para plagas.
