3 errores fatales que pueden perjudicar el funcionamiento de tu lavadora y dañar toda la ropa que laves
A pesar de ser uno de los electrodomésticos más prácticos del hogar, la lavadora es a menudo víctima de errores de uso que comprometen la limpieza de la ropa, provocan malos olores y, a largo plazo, pueden dañar el aparato. A continuación, te hablaremos de tres errores que podemos cometer y que afectarán la vida útil del mismo.
Esto es lo que jamás debes hacer con tu lavadora, según especialistas
El primer error crucial es la sobrecarga del tambor de la lavadora. Muchas personas lo llenan al máximo con la intención de ahorrar tiempo, electricidad, agua y hasta jabón, pero esta práctica es totalmente contraproducente.
Al no haber suficiente espacio libre, las prendas no logran moverse ni frotarse adecuadamente entre sí, lo que impide una limpieza efectiva. En consecuencia, se aconseja dejar siempre un margen equivalente al ancho de una mano entre la ropa y la parte superior del tambor. Si se excede la capacidad, además de la mala calidad de lavado, se fuerza el eje del aparato, lo que puede derivar en fugas de grasa interna y, consecuentemente, en manchas permanentes.

El segundo error común es el uso indiscriminado de ciclos de lavado demasiado cortos. Aunque estos programas inferiores a 90 minutos parecen una solución rápida y económica, en realidad, suelen dejar residuos de suciedad y malos olores. Esto obliga a repetir el lavado, generando un gasto mayor de agua y electricidad.
Para tejidos resistentes como el algodón o los sintéticos, es fundamental usar ciclos de al menos dos horas que permitan una correcta disolución del detergente y una eliminación profunda de la suciedad. Los ciclos breves deben reservarse únicamente para prendas delicadas como la lana, la seda o la ropa deportiva.
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Finalmente, el tercer fallo que arruina el proceso es descuidar la limpieza de la propia lavadora. La falta de mantenimiento rutinario provoca la acumulación de residuos en el filtro, las gomas de la puerta y el cajetín del detergente. Esta suciedad crea un caldo de cultivo para bacterias y moho, generando malos olores que se transfieren a la ropa. La limpieza periódica es esencial para el funcionamiento óptimo del electrodoméstico y la higiene de las prendas.