¿Es saludable morder a una persona para demostrar cariño? La respuesta de los especialistas
La manifestación del cariño toma formas sorprendentes y a veces inesperadas, y una de ellas es el impulso inusual, aunque común, de dar un pequeño mordisco cariñoso. Este fenómeno, conocido como "agresión tierna", se activa cuando el cerebro humano se enfrenta a un nivel de dulzura o adorabilidad que excede su umbral de procesamiento habitual. Pero, ¿es saludable?
Ante esta sobrecarga emocional, el organismo libera la energía excedente a través de una acción física automática, que puede expresarse en un mordisco juguetón o un apretón intenso. Lejos de ser un signo de hostilidad, esta respuesta funciona como un mecanismo regulador emocional crucial.
Morder para demostrar cariño
El farmacéutico y divulgador Álvaro Fernández ha explicado en detalle cómo el cerebro utiliza esta particular reacción de morder para restablecer un equilibrio interno frente a la intensidad del afecto. Según sus explicaciones, este gesto físico no implica una intención real de dañar, sino que es la forma en que el organismo gestiona una avalancha de sentimientos intensos y positivos. Esta respuesta es una estrategia de autorregulación emocional que previene que la persona se sienta abrumada por la dulzura percibida. Se trata, esencialmente, de una manifestación exagerada del afecto que el cerebro no puede procesar solo con una sonrisa o una caricia.

Los ejemplos de morder en forma tierna son frecuentes y se manifiestan en diversos tipos de vínculos afectivos. Comúnmente se observa en el impulso irresistible de morder suavemente las mejillas de un bebé, el deseo de dar un mordisco juguetón a la pareja durante un momento íntimo, o la tentación de apretar con los dientes las orejas de una mascota adorable. Esta reacción no se limita solo a las relaciones de pareja o a los vínculos familiares, sino que también aparece en las interacciones profundas con mascotas. En todos los casos, la intensidad de la emoción experimentada es la que explica la súbita reacción física que parece contradecir el sentimiento de cariño.

Para los especialistas en psicología y neurociencia, las personas que sienten este impulso de "morder" o apretar con fuerza a sus seres queridos no presentan ninguna anomalía ni motivo de preocupación. Por el contrario, esta reacción se ajusta a un patrón psicológico común que está profundamente asociado a la gestión de emociones muy intensas. La agresión tierna es simplemente una expresión del desborde emocional positivo. Los expertos consideran que el fenómeno subraya la fuerza y profundidad del vínculo afectivo que une a las personas o a las personas con sus mascotas.