¿Correr poco o caminar mucho? Cuál es el mejor ejercicio
El ejercicio es un pilar fundamental para la salud y la longevidad, pero surge a menudo el dilema: ¿es mejor correr de forma intensa o decantarse por la caminata prolongada? Si bien correr es una capacidad inherente al ser humano y ofrece numerosos beneficios cardiovasculares, la elección del mejor ejercicio no siempre recae en la opción más veloz.
La clave, según expertos en longevidad, podría estar en la consistencia del movimiento suave integrado a la vida diaria, más que en el esfuerzo explosivo y repetitivo al momento de hacer este tipo de ejercicios aeróbicos.
El ejercicio de correr o de caminar
Un punto crucial a considerar en el debate es el riesgo de lesión asociado a estos ejercicios. A pesar de sus ventajas, la repetición constante del impacto puede generar tensiones considerables en el cuerpo, especialmente si se realiza sin la supervisión profesional adecuada o la técnica correcta. El impacto continuado, particularmente sobre articulaciones importantes como rodillas y caderas, puede provocar una fatiga acumulada que, con el tiempo, derive en molestias o lesiones crónicas. Esta es una preocupación real que muchos corredores deben manejar en sus rutinas de entrenamiento a largo plazo.

En contraste, el ejercicio de la caminata y los desplazamientos más pausados se presentan como una alternativa que beneficia las articulaciones. Estos movimientos de bajo impacto no solo ayudan a fortalecer la estructura articular de manera gradual, sino que también son excelentes para mejorar la circulación sanguínea en general. Además, mantener una actividad física constante, aunque moderada, contribuye significativamente a sostener niveles de energía estables a lo largo del día. La caminata permite cosechar beneficios cardiovasculares con un riesgo de lesión notoriamente menor.

Para quienes desean inyectar un poco más de intensidad a su rutina sin caer en el alto impacto de la carrera, se sugiere una técnica de "intervalos breves de velocidad" dentro de una caminata. Esta consiste en incluir tramos cortos de ritmo más rápido, por ejemplo, unos 30 segundos de velocidad, intercalados cada cinco minutos de caminata normal. Esta estrategia de ejercicios permite obtener los beneficios de un sprint sin el desgaste constante de la carrera prolongada.