¿Caliente o tibia? La temperatura del agua más saludable para un baño en invierno

El objetivo es estimular la piel y la circulación sin llegar a extremos que puedan resultar incómodos o perjudiciales
¿Caliente o tibia? La temperatura del agua más saludable para un baño en invierno
Salud Foto: Canva
jueves, 10 de julio de 2025

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Existen miles y miles de técnicas que las personas utilizan para mejorar la salud. Muchos optan por seguir la corriente farmacéutica, mientras que otra tendencia apunta a informarse de una forma más natural. En ese último mundo, hay que saber sobre cuál es la mejor temperatura del agua para una ducha en invierno.

Estos cuidados ayudan mucho a mejorar la salud. Hacerlo en forma diario puede mejorar notablemente la situación de los individuos proporcionándole datos y herramientas ventajosas. Si eres de ellos, debes conocer el consejo de los expertos en salud sobre cuál es la temperatura del agua más saludable para un baño en invierno

Una ducha saludable

Con la llegada del frío mendocino, la tentación de una ducha hirviendo es grande. Sin embargo, los especialistas en salud son claros: para un baño saludable en invierno, la temperatura del agua no debe superar los 38°C ni descender de los 10°C. El punto ideal para una ducha diaria ronda los 30°C, una temperatura que permite una limpieza eficaz sin agredir la piel. Es fundamental tener esto en cuenta para proteger la barrera natural de tu piel.

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El agua excesivamente caliente, por más reconfortante que parezca en invierno, puede tener efectos perjudiciales para la salud. Tiende a resecar e irritar la piel, llegando incluso a dañar su barrera cutánea natural. Esto puede llevar a problemas como picazón, enrojecimiento y descamación. Por otro lado, el agua demasiado fría, aunque puede ser tonificante, resulta incómoda y menos efectiva para una higiene profunda, especialmente cuando las temperaturas exteriores son bajas.

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Una estrategia muy beneficiosa para la salud es alternar las temperaturas durante la ducha, aprovechando lo mejor de ambos mundos. El agua tibia o caliente ayuda a relajar los músculos tensos por el frío y abre los poros, facilitando la limpieza. Luego, un breve chorro de agua más fresca puede tonificar la piel, cerrando los poros y mejorando la circulación sanguínea. Este contraste genera una sensación revitalizante y energizante, ideal para empezar o terminar el día.

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